Tuesday, December 01, 2009


Un vaso mutable



Rompías papeles con el mismo impulso: la víbora real rompiendo

su piel con otra piel que nace.

El mismo impulso: longevidad del decir –su cambio de ropa–

longevidad de reconocer:

la ciudad, un niño –llora despacio– un anónimo buscándose

en otro: el brillo:

víbora milenaria llamada tradición. O enfermedad. O muerte.

Estas calles blandas,

al otro lado de ti, sinuosidad de los meandros más rojos: la

sangre –o pájaro– arregla

sus plumas. Piensa: para qué huir. No importa, menos,

ser escrita y despierta. Te llaman escritura.

Pero la víbora entiende, ¿un secreto crismón?: poder: proceder:

ojo solo de cíclope

más que vanidad: ser uno más otro: más otro y nadie.

Rompías papeles

con la dignidad del cardo (allí rompe en plumas).

Chicos y chicas –besándose en discotecas–

tenían el esplendor de este mismo tétano. Se trata de acción.

Creer. Crear. Croar. Y quién

es libre allí: libertad de dividir esas cifras por barro.

Ya lo dijo E. Bishop: el hombre polilla

siempre se sienta en sentido contrario. Libertad de multiplicar

ese barro por hombre.

Hombres, insectos, la orgía de la hora.

Romper en blanco –se derrama tinta desde una cuchara–;

romper el papel,

jeringa, epidermis, lápiz grafito inyectando aire.


(Un poema mío de Animal Escaso, de próxima publicación en Ediciones Idea)


2 comments:

Arturo Borra said...

Aunque ahora no pueda detenerme, sólo decirte que tengo muchas ganas de leer ese Animal escaso. El título es sugerente y por lo que este mismo poema muestra, hay una densidad de flujo, ligado también a un ritmo enloquecido, que me invita a ahondar.
Espero leerte pronto.
Un abrazo fuerte,
Arturo

Pedro Montealegre said...

Arturísimo querido; te agradezco que te hayas detenido aunque sea un poquito en este poema, un pequeño adelanto de lo que espero se publique si no en enero, a comienzos del año que viene. La crisis está enlenteciendo todas las publicaciones, pero aún así, no pierdo la fe. BESOS